Los 5 peores complementos de World of Warcraft

Hemos recopilado los peores complementos de WoW para ti y, por supuesto, también explicamos por qué son tan impopulares.

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No importa lo emocionante que sea un juego, lo atrapante que sea un libro o lo fascinante que sea una película, incluso las mejores historias llegan a su fin... y entonces queremos más. Más historia, más personajes y más aventuras.
En el caso de WoW, esas ganas de más llegan con las expansiones que amplían el mapa, profundizan la historia y llevan la diversión a nuevos niveles… a menos que no lo logren. Algunos complementos, por distintas razones, no fueron bien recibidos por la comunidad, sino más bien criticados.
Ya sea como advertencia o como desafío para descubrir si realmente son tan malos como se dice, aquí te mostramos los 5 peores complementos de WoW.
Pero también queremos mirar los 5 mejores y entender por qué son tan populares.

Puesto 5: Dragonflight (2022)
Dragonflight llevó a los jugadores a las Islas Dragón e introdujo el sistema de Vuelo de Dragones, una nueva forma dinámica de moverse. Esta característica fue muy bien recibida y devolvió la emoción a la exploración. La atmósfera relajada de la expansión también gustó tras las entregas más oscuras anteriores. Aun así, para muchos, Dragonflight fue una expansión sólida pero sin el impacto épico de clásicos como Wrath o Legion. A los jugadores más hardcore les faltó profundidad en el contenido final.
Puesto 4: Cataclysm (2010)
Cataclysm fue un cambio drástico en el mundo de WoW. Con la llegada de Alamuerte, el viejo Azeroth fue completamente rediseñado. Nuevas zonas como Infralar y Uldum ofrecieron experiencias únicas, y las razas Worgen y Goblin se unieron al juego. Sin embargo, la destrucción de zonas clásicas generó sentimientos encontrados. Muchos jugadores veteranos lamentaron la pérdida de los paisajes originales, y la estructura del endgame no terminó de convencer. Cataclysm fue valiente, pero polémico.
Puesto 3: Battle for Azeroth (2018)
Tras el éxito de Legion, Battle for Azeroth buscó retomar el conflicto entre la Horda y la Alianza. Las zonas iniciales ofrecieron buenas historias, pero pronto aparecieron problemas: el sistema de armadura de Azerita era confuso e impopular, el contenido final fue escaso y la historia perdió enfoque. Aunque algunos asaltos fueron bien recibidos, BfA se recuerda como una expansión correcta pero decepcionante.
Puesto 2: Shadowlands (2020)
Con Shadowlands, Blizzard abrió las puertas al reino de los muertos. Al principio, la idea parecía fresca: cuatro pactos, zonas únicas como Bastión y Revendreth, y la misteriosa torre Torghast. Pero pronto se hicieron visibles sus fallos. El sistema de pactos limitó demasiado a los jugadores, y Torghast se volvió una tarea repetitiva. Además, la historia del Carcelero decepcionó a muchos fans por ser poco inspirada. Shadowlands empezó con ambición pero acabó siendo una de las expansiones menos queridas.
Puesto 1: Warlords of Draenor (2014)
Warlords of Draenor es considerada por muchos la expansión más débil de la historia de World of Warcraft. Todo comenzó con entusiasmo: el regreso a Draenor, icónicos caudillos orcos y una presentación cinematográfica impresionante. Pero la emoción se desvaneció rápidamente. El sistema de ciudadelas, inicialmente alabado, aisló a los jugadores y restó importancia al mundo abierto. Faltó contenido nuevo y, fuera de las bandas, no había mucho que hacer. Muchos abandonaron el juego temprano, y WoD se convirtió en sinónimo de oportunidad perdida.
A veces, sin embargo, no son los complementos los culpables; la diversión también puede arruinarse si tu campaña o raid sufre por el bajo rendimiento del juego.
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 (Fuente de la imagen: Blizzard)